Presentación de la Orquesta Sinfónica de Holguín
Hay memorias que se nos quedan selladas, inevitablemente. Nos trastocan en Madrid, en Nueva York, en Cancún, en La Habana, incluso en un pueblo al norte de Holguín que vive justo en la costa. Mientras la Orquesta Sinfónica de Holguín interpreta, en su primera vez en Gibara, el tema central de uno de un filme icónico, Indiana Jones, al aire libre, en la Plaza de Cultura de la comunidad, la mayoría de los asistentes, se nota, reconocen el origen de esa música. Lucen muy concentrados mientras escuchan el repertorio de bandas sonoras de películas como Cinema Paradiso, West Side Story, La Pantera Rosa, Misión imposible o una suite sinfónica de la saga de Harry Potter. Tal vez algo de esas notas está platicando directamente con sus recuerdos.
“Primero que nada, queremos agradecer a la Orquesta Sinfónica de Holguín y a su director titular Orestes Saavedra por estar con nosotros hoy aquí. Hoy vamos a hacer dos inauguraciones en una. Por lo cual, para mí adquiere una doble dimensión este momento. Tenemos que agradecerle al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana que este cine móvil moderno esté acompañándonos en Gibara durante estos días de Festival. Es un cine magnífico, y aquí van a ocurrir excelentes presentaciones. Le tenemos que agradecer también a esta Orquesta Sinfónica de Holguín que sea la primera vez que se presente en Gibara, en este momento, en esta plaza, y que sus imágenes sean proyectadas con la calidad que ustedes van a ver. Muchas gracias, maestro, muchas gracias a esta Orquesta maravillosa, muchas gracias al Festival de Cine de La Habana”, afirmó a los presentes el director del Festival Internacional de Cine de Gibara, Sergio Benvenuto.
En la pantalla enorme que se eleva en el centro del parque van sucediéndose secuencias de los filmes a los que pertenecen las composiciones musicales, en conjunción con el espectáculo. Sentados en el suelo, apiñados en bancos del parque, erguidos unos metros frente al espacio improvisado para escenario: los oyentes. Esta presentación que es solo una versión reducida de su espectáculo original, Cinema, va rasgando el tupido silencio de la noche.
“Este formato al aire libre es muy complejo, se pierden muchas cosas en cuanto a acústica, comodidades de una sala de concierto, iluminación, pero yo creo que se gana impacto, en el hecho de socializar el arte que hacemos y en masividad”, asegura Oreste Saavedra, director titular de la Orquesta.
Las últimas interpretaciones son composiciones de películas cubanas. “Ámame como soy, tómame sin temor, tócame con amor, que voy a perder la calma”. Imposible imaginar qué recuerdos son capaces de evocar, en este instante, cada uno de los que escuchan.