Independencia y creatividad del cine pobre

Foro teórico «Historias grandes, presupuestos pequeños: El arte del cine»

«Cine pobre no quiere decir cine carente de ideas o de calidad artística, sino que se refiere a un cine de restringida economía que se ejecuta tanto en los países de menos desarrollo o periféricos, así como también en el seno de las sociedades rectoras a nivel económico-cultural, ya sea dentro de programas de producción oficiales, ya sea a través del cine independiente o alternativo». Susana Molina, directora de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, recordó las palabras del Manifiesto del Cine Pobre de Humberto Solás en la apertura del foro «Historias grandes, presupuestos pequeños: El arte del cine», incluido dentro del programa teórico del Festival de Cine de Gibara 2025.

(Foto: Yans Pérez)

Xavier D’Arthuys y Marco Neri acompañaron a la cineasta y académica cubana para intercambiar sobre los retos de un cine pobre en dinero, pero rico en creatividad e ideas.

«Pobre tiene que ver con dos palabras muy peligrosas: independiente y disidente, aunque no en un sentido político. Y esto se refiere a la independencia del espíritu, de la creación viva de la estructura lógica; y disidente, porque está fuera de los caminos normales, de las rutas preestablecidas del cine», dijo D’Arthuys, al mismo tiempo que se refirió a los principales problemas que afronta ese cine en la producción y distribución, sobre todo.

(Foto: Yans Pérez)

En ese sentido, el promotor cinematográfico francés mencionó aspectos relacionados con un tema novedoso y urgente para la industria del audiovisual cubano, la ingeniería cultural. Esto no es más, de acuerdo con D’Arthuys, que construir con un espíritu especial, a partir de la creación de puentes comunicativos. Según Decoding Culture Foundation, la ingeniería cultural busca transformar a las personas de maneras profundas y duraderas, en sus valores fundamentales y su forma de percibir el mundo, incluso en su propia identidad.

Marco Neri es uno de esos cineastas a los que les ha costado incluir sus filmes en los grandes circuitos de distribución. El realizador italiano contó acerca de su experiencia en el rodaje de su primer documental y sobre la Escuela de Arte Cinematográfica Gian Maria Volonté. «La Escuela me ha dado la oportunidad de hacer mis películas y documentales sin la necesidad de buscar un gran financiamiento, siempre con una profunda visión humanista», comentó el también guionista e ingeniero de sonido.

(Foto: Yans Pérez)

Para Susana Molina, la EICTV tiene puntos de encuentro con la Volonté y con los preceptos del Manifiesto del Cine Pobre de Solás. «Nos interesa fundamentalmente que los estudiantes tengan una vocación humanista, que encuentren su voz actoral, que aprendan a formar equipo, a negociar, a buscar, y que se respete su creatividad, sus ideas y lo que cada uno de ellos piensa. La diversidad de creación es muy grande y ahí radica la riqueza de nuestras historias», añadió Susana Molina.

Los cortometrajes eictevianos Te extraño, perdularia, dirigido por Manu Zilveti, y El reinado de Antoine, de José Luis Jiménez Gómez, forman parte de la selección oficial del Festival de Gibara 2025. Además, también el certamen incluye una muestra de filmes producidos por la EICTV, que incluye Compañía, de María Salafranca; En la espera, de María Candelaria Palma; Los caballos no se acuestan, del realizador surcoreano Kwon Jiyong; Palomar, también de José Luis Jiménez Gómez, y Los nagüe, dirigido por Ainhoa Ordóñez Yraolagoitia.

En abril de 2026 las aguas que bañan las tierras de Gibara serán testigo de cómo el Festival del Cine Pobre llega a su 20 edición. Durante 25 años, cada vez que se acerca la fecha de la cita, las palabras de Humberto Solás sacuden cada una de las obras seleccionadas. La cinematografía que promueve el Festival busca contar las historias de los pueblos del mundo bajo la mirada contrahegemónica, desafiante y pobre, siempre creativa, artística y profundamente humanista.

Scroll al inicio