Gibara y Casa Gitana: Un compromiso con la identidad local

Inauguración de actividades en Casa Gitana durante el 19 Festival del Cine Pobre

La Casa Gitana, con sus aires intoxicados de sahumerio y hierbas, es un lugar confuso, visceral, difícilmente clasificable. El proyecto, que comenzó hace seis años, es la cristalización de una iniciativa comunitaria de intercambio de la práctica esotérica, talleres de trabajo reciclable, yoga y un acercamiento más genuino al universo indígena. La entrega del Premio Lucía de Honor 2025 a esta iniciativa que surgió hace poco más de un quinquenio no ha hecho más que perpetuar la trascendencia y el impacto que ha tenido en la comunidad gibareña.

Geo Darder, padrino de Casa Gitana, introduce a los encargados de este proyecto, Jorge Sanz y su esposa Yaindra Matos. «Con el inicio del 19 Festival del Cine Pobre, nuestro hogar se vuelve a consagrar como un espacio abierto a todos y para todos, lugar de intercambio con personas de todas las latitudes e increíbles diferencias. Todos los aquí presentes, que vienen de antes o llegan ahora, conforman y renuevan la tribu de la Casa Gitana», aseguró Darder.

«Casa Gitana es amor, deseo de iluminarlo todo. Un proyecto con un magnetismo muy fuerte», se escuchó una voz en off que dio comienzo al documental Casa Gitana, donde el mito y la magia perduran, del realizador Alejandro Reyes.

(Foto: Yans Pérez)

«Hay una historia de una gitana que llega a Gibara y pide agua, puerta por puerta; se la niegan, y ella maldice la ciudad —dice Geo—. Este es el patio de la gitana. Así que, en lugar de negarla, creamos una fiesta para la gitana». Ante la cámara, un sueño va mudando en certeza: «Espero que vengas, espero verte aquí, y viva Gibara».

(Foto: Heyndrik Díaz)

Alberto Mora, historiador de la ciudad, dio la bienvenida y recordó la llegada de Casa Gitana al bicentenario pueblo. «Irrumpieron como extraños en un poblado extraño, un proyecto insertado dentro del Festival, con un respeto enorme por la cultura local, consolidada con el devenir de los siglos. Poco a poco han logrado captar la esencia identitaria de Gibara y hoy son parte del panorama sociocultural de esta zona costera y oriental».

(Foto: Heyndrik Díaz)

»El impacto que tuvo el proyecto fue tal que se fomentó para que fueran parte de la idiosincrasia local. Aunque al principio el pueblo tuvo una mirada conservadora al respecto, con el paso del tiempo la ciudad lo ha entendido como parte de su identidad. Por eso pretendemos que no sea solo durante el Festival, sino que funcione el año entero. Es parte de la revitalización de la ciudad».

(Foto: Yans Pérez)

Casey Stoll, fotógrafo del libro de rostros e instantes gibareños que cada año se presenta, dona a este espacio una instantánea panorámica tomada en 2017 del Teatro Colonial. Este monumento arquitectónico, espectador de grandes sucesos y figuras internacionales, se encuentra en estado de restauración detenida desde hace cincuenta años. Respecto a esto, Alberto Mora retoma esa cita vetusta: «Si me ayudas a vestirme te acompañaré en todo el esplendor de mi belleza».

A 33 kilómetros de la ciudad de Holguín y a una cuadra del monumento de la sirena se erige Casa Gitana. Al principio, una casa en ruinas, luego ganadora del Premio de Conservación de la ciudad y actualmente guardiana del legado indígena y espiritual de la Gibara de Humberto Solás.

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