Concurso de cortometrajes de ficción: pequeñas grandes joyas

El cortometraje de ficción es una de las categorías de mayor producción cada año. La realización de un corto suele generar menos conflictos que un largometraje, pues su rodaje puede llevarse a cabo en pocas jornadas, hecho que permite un uso más adecuado del presupuesto (a veces mínimo). Muchos realizadores también asumen los gastos con sus propios fondos, a veces en espera de poder recuperar apenas una parte de lo invertido.

Otro aspecto está relacionado con la historia o argumento, pues la escritura de un guion resulta más sencilla si es para un cortometraje. Algunos guionistas se entrenan con relatos de menor tamaño antes de iniciar la escritura de un guion para un largometraje. Igualmente, muchos realizadores ensayan con el corto antes de rodar un largo; por tanto, su realización suele ser un ejercicio para una obra mayor en la carrera de un cineasta.

Sin embargo, existen creadores que se consagran en el cortometraje, sus reglas, sus maneras, porque saben que la riqueza de una historia puede estar en la síntesis o la brevedad. Pues, en definitiva, todo depende de la forma en que una obra pueda conducirnos por sus caminos internos.

El espectador interesado en apreciar obras de reciente producción, de diferentes naciones y con estéticas distintas, puede darse el lujo de seleccionar dentro del amplio abanico que ofrece esta sección en concurso en el 18 Festival de Cine de Gibara. Porque en su variedad o diversidad encontrará algunas de las mejores obras presentes en esta edición del evento.

La representación española tiene en los cortometrajes de ficción obras de altísima realización, con sólidas historias y producidas con recursos que permiten apreciar limpieza de imagen y calidad visual. Son los casos de Las cosas queridas (Pablo Vilas, 2023), La Aldea (Joel Rodríguez, 2023), Fairgame: 90 minutos con El Rifle (Caque Trueba y Juan Trueba, 2023), Mi criaturita (Álvaro Laguna, 2022) y Yamal (Miguel Ángel Almanza, 2023), en los que se aprecia una voluntad por hacer del cortometraje un lenguaje donde la historia condensa su fuerza en esa brevedad, y ninguno necesita más tiempo para contarse.

En el primero de estos cortos, lo fundamental es su metáfora acerca de la necesidad de la independencia, el respeto a las decisiones de los demás. Mientras una mujer se aferra a defender su espacio, ante todo y todos, su esposo insiste en protegerla, sin darle otras posibilidades. Las cosas queridas pondera, a través de la fotografía, la imagen del campo, los espacios rurales y sus colores.

En Fairgame: 90 minutos con El Rifle parte del juego como modo de vida. Sus personajes tientan la suerte, juegan con ella, y en el juego depositan todo. Tienen ante sí dos opciones, ganar o perder. Unos deciden probar con los pequeños ahorros de una niña y otros están condenados a perder, incluso cuando obtengan el premio. La casa de apuestas se convierte en el espacio donde los personajes concurren para buscar, con un poco de suerte y esperanza, una vida mejor.

La Aldea relata una historia que podría ocurrir en cualquier pueblo de cualquier país, donde la mirada, la opinión y los comentarios de la gente tienen mucha relevancia para los que allí habitan. La desaparición de una adolescente será el detonante para penetrar en los vericuetos de las vidas de los que residen en esta aldea y están a merced de sus leyes internas. Con el mismo escenario rural, Mi criaturita describe el súbito despertar, en una mujer, de un sentimiento maternal que ha contenido durante mucho tiempo.

España es uno de los principales destinos de miles de emigrantes que salen de países africanos en busca de un mejor futuro, y sus historias y protagonistas son registrados regularmente por el cine. Yamal es uno de esos jóvenes que conquista nuevos territorios.

Otra nación muy bien representada es Cuba, con la participación del videoarte Caballo (Ixchel Casado y Thais Doimeadiós, 2023), Kimera (Alejandro Valera y Yoel Infante, 2024), Levedad (Cristhian Menéndez, 2023), Saudade (Sandra Ramy, Sandra Lopes, Inti Herrera y X Alfonso, 2023) y Si alguna vez (Annia Quesada, 2023).

Caballo transmite a través de sus imágenes la fuerza de un animal, que puede ser dócil o actuar como una bestia. La danza nos lleva a sondear los territorios donde se unen el dolor, la vida y la muerte en ese instante de furia, donde sobrevive el gesto. De corte experimental es la coproducción Saudade, donde se maneja el mito de la insularidad y la tierra costera, visto desde Cuba y Portugal. Cómo el mar puede definirnos y marcarnos es la pregunta que establece esta obra, al tiempo que profundiza en las historias de viajeros.

Los deseos de los niños, sus pequeños y grandes sueños han sido parte de la historia del audiovisual. Con cierta cercanía a Cinema Paradiso (Giusepe Tornatore, 1986), Kimera es la aspiración de David y el deseo de poseer una cámara de video para retener en imágenes las escenas que pasan frente a él. Un hermoso documento dedicado a los años de la niñez y la perenne inocencia que los caracterizan.

Por su parte, Levedad es un testamento de soledad, una historia donde se combina el abandono, el mar y sus constantes olas y la espera. Mientras, Si alguna vez señala la violencia, el manejo del miedo y la manipulación como forma de potenciar el control sobre una mujer. Un cuchillo en el refrigerador es el detonante para dormir con la duda de si alguna vez el arma puede ser usada.

De Brasil provienen las obras Cómo matar a una muñeca (Alek Lean, 2022), Con amor, Andrade (Ítallo Vieira, 2022), Déjalo (Mariana Jaspe, 2023), La sombra de la tierra (Marcelo Domingues, 2023), Lapso (Caroline Cavalcanti, 2023) y Las finales de los domingos (Olavo Junior, 2022).

En Cómo matar a una muñeca se indagan aspectos muy acendrados en la historia y la cultura brasileña, que vinculan elementos de las creencias religiosas y ancestrales como poderosas fuerzas y símbolos de la eterna relación entre la vida y la muerte. De manera similar, La sombra de la tierra constituye una pequeña pieza que indaga en las leyendas. La llegada de un andariego a la casa de una pianista traerá consigo una dosis de misterio, al tiempo que vuelve sobre la memoria y la soledad.

Los encuentros, la posibilidad de conocer a alguien que seduce o encanta, es la motivación para la historia de Con amor, Andrade, que desatará en sus personajes la búsqueda del otro y el reencuentro consigo mismo, situación que guarda relación con el argumento de Déjalo, donde los encuentros sirven de elemento de reflexión sobre la libertad.

La posibilidad de redimirse y olvidar sus acciones les permitirá a los adolescentes protagonistas de Lapso encontrar nuevos rumbos para continuar con sus vidas. El reflejo de la vida de este grupo etario revela el interés de muchos realizadores en profundizar en historias similares en el contexto de la vida contemporánea.

En medio de la soledad en la que vive, la llegada de un viejo amor le devolverá a Las finales de los domingos la fuerza y el deseo en una tarde cualquiera de domingo.  

Entre nosotros (Marcelo Adrián Sánchez, 2023) vuelve al tema de los efectos de la dictadura argentina en la gente, el peso del dolor de miles de familias que perdieron alguno o varios de sus miembros. Aunque es un tema recurrente en la cinematografía austral, en el cortometraje se vincula con el deseo de justicia, el encierro y la desesperación por reparar daños humanos y sentimentales en un intento de recuperar a un ser amado.

Las historias de personajes en su diversidad forman parte también de esta selección, y en la coproducción Iluminado (Elissa de Brito, 2023), de Hungría-Brasil-Alemania, se refleja el amor entre dos muchachas que provienen de distintas realidades y deciden hacer en Budapest un pequeño nicho para conservar sus culturas e identidades.

El abuso infantil, la imposibilidad de denunciar al agresor y ser víctima del poder familiar es un aspecto recurrente en muchos cortometrajes que utilizan el audiovisual como arma de denuncia. En este sentido giran el cortometraje de Mozambique La cuerda (Hélder Bata, 2023) y Varado (Luis Jorge Mujia Duarte, 2024), de Países Bajos, centrado en la violación, la culpa, la condena y el deseo de los familiares de aplicar justicia.

De producción iraní es la obra Sampo (Marziyeh Riahi, 2023), donde se ponen de manifiesto problemáticas de la vida actual, como el deseo de obtener un empleo donde se valore al trabajador y se le trate justamente.

El rostro oculto (Israel Silva y Romario Reyes, 2023) retoma las creencias en seres de otra dimensión y maneja de manera eficiente las leyendas de aparecidos y muertos-vivientes que han poblado el imaginario de las culturas latinoamericanas.

Las conversaciones entre desconocidos que dominan de manera deficiente el idioma en medio de una situación límite son el tópico del filme chileno-francés Cuarto de hora (Nemo Arancibia, 2023), elegido para acercarse a las historias de los migrantes y sus vicisitudes.

Desde la visión diferente de dos jóvenes en el Irán de 1971 se establece el punto de vista en Azizam (Alci Rengifo, 2022), una poderosa historia que retrata el odio, las diferencias sociales y el poder patriarcal. Dos jóvenes anhelan la libertad, lo que desatará las fuerzas del odio y la represión.

La posibilidad de apreciar este mosaico de historias, con diferencias en estilos, formatos y lenguajes, convierten la muestra de cortometrajes de ficción en concurso en un panorama amplísimo de creación audiovisual. La calidad de las historias, los puntos de vista y el tratamiento narrativo y fotográfico hacen de estas obras pequeñas grandes joyas.

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